Más allá de las explicaciones técnicas en cuanto a lo netamente biológico o agrícola que pueden justificar la tala o no de un árbol, hay una dimensión más profunda en el proceso del pretil, que es la participación ciudadana y el ejercicio democrático. En la siguiente columna el sociólogo Octavio Echeverría nos plantea esta cuestión y nos dice: «El proyecto nace viciado al no contemplar un proceso de democratización de las decisiones sobre sí mismo, lo que termina por cubrir de ilegitimidad el proceso y su futuro resultado».
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