Muchas personas tienen la errada idea de que la población indígena del norte de Chile fue sumisa a la invasión española. Nada más errado. En los Valles de Copiapó y Huasco se vivieron fuertes resistencias, que se extendieron desde la conquista hasta la colonia y donde la lucha por el agua era lo principal. Una pelea que ha sido permanente y de la que podemos encontrar episodios de conflicto hasta el siglo XX y que hoy en día siguen.
Nota de la edición: Este artículo ha sido ampliado con la información proporcionada por José Rojas, quien nos compartió un paper de investigación en donde se aclaran los caciques que tuvo Copiapó durante la colonia.
Descarga aquí el paper Los Caciques y Mandones del Valle de Copiapó de José Rojas
Por Víctor Munita Fritis @el_victor_munita_fritis / Colaboración Miguel Cáceres @MakeStanne
El valle de Copiapó y su río cortaban la sequedad del desierto de Atacama.
Esta pequeña franja de humedad en un desierto inhóspito ofrecía refugio, madera,
sombra, agua y comida a los viajeros. También ofrecía posibilidad de asentamiento,
de cultivar la tierra y explotar sus recursos minerales. Con un clima
árido y escasas precipitaciones, no resulta extraño que la villa se ubicara a un
costado del río, repitiendo la localización del antiguo pueblo de Copiapó.
Francisco Astudillo Pizarro
Desde 1540 cuando los españoles salieron del cuzco a interarse por el desierto, bajaron hacia un sur desconocido buscando el agua que los mantuviera con vida. El avance por la quebrada del Chaco los traía extenuados. Habían encontrado pozos secos, cubiertos de tierra y salitrosos. La travesía por las zonas áridas a muchos los hizo desmayar y morir en el intento de conquistar lo que hoy conocemos como Chile.
Todo pozo de agua, riachuelo, vertiente y río encontrado era una riqueza paralela que les permitiría encontrar el soñado oro que hiciera crecer su fortuna, gloria y fama. El apoderarse del agua y de los terrenos de cultivo fue fundamental para sus propósitos de conquista, muerte e incautación de los pueblos originarios del país.
Los naturales del Valle de Copiapó, fueron los primeros en poner resistencia a la salvaje ocupación y robo. Cerca del año 1600, un acuerdo arbitrario tomaron los españoles con respecto del agua que descendía desde la Cordillera. Habían resuelto que las aguas bajarían veinte días al mes y que desde el 1.° de octubre de ese año, los habitantes locales debían pagar $25 pesos de multa o dos meses de cárcel a los que dentro de ese tiempo hicieran uso de ellas sin permiso de otorgamiento.
Hubo distintas manifestaciones desde principios y la mitad del siglo XVII, pero no llegaban estas a ninguna solución, fue por esto que los naturales de San Fernando, comprendieron que los reclamos ante la Real Audiencia, valían tanto como los que tantas veces habían hecho ante el Cabildo local. Por esta razón, fueron todavía más lejos, se congregaron y acordaron reclamar ante ella y como medida de presión, hacer justicia por medio de la fuerza.
Es por lo anterior, que en 1666 generaron una gran movilización por la recuperación del agua del río, las que fueron lideradas por la cacica Magdalena Sasmai.
Magdalena “la cacica” Sasmai o Saxmai, habría tomó posesión de ese cargo ya que era quien regía los poderes políticos de su hijo (quien también se llamaba Alonso y este no tenía hijos hombres) y que por ser menor de edad su hijo, no podía llevar adelante las labores de líder del pueblo diaguita. De esta forma, esta gran mujer del Valle de Copiapó, Magdalena Sasmai, lideró al pueblo en unas de las épocas más duras de lucha por este recurso hídrico, según describe Carlos María Sayago.
Ahora bien, una nueva investigación nos describe que en realidad no fue Magdalena la cacica como se ha asumido por muchos trabajos de divulgación histórica, sino que en ese período su hijo habría reclamado el título de cacique frente a Alonso Taquia. Diego Rojas, investigador nos cuenta que Juan Saxmay, indio de encomienda de Copiapó, en el año 1677 solicitó la corte de La Real Audiencia para reclamar para si el Cacicazgo de Copiapó. Juan Saxmay acusó a Francisco Taquiha de abandonar el valle y establecerse en el cercano Valle del Huasco, abandonando el suyo a su suerte. La acusación se basaba en el hecho de que este líder no habría sido un cacique legitimo ;sino que habría tomado el lugar de uno“…porque el que al presente tienenombre de casique no lo es por no tener sangre de tal ni desender de ninguno de sus antiguos casiques sino por averse introducido su padre como hijo de un mandón del casique antiguo principal de este dicho pueblo” (Ver artículo (Los Caciques y Mandones del Valle de Copiapó).
Si bien no habría sido la líder o la cacica, sí vale la pena destacar el rol de las mujeres en las revueltas del mundo indígena. El historiador, Luis Vitale[2]afirma que Las mujeres indígenas intervinieron masivamente en las luchas por la tierra y en defensa de su etnia y cosmovisión. Cacicas, mama t’allas, comandantas, amazonas, guerreras, virreinas… fueron los titules que recibieron estas mujeres que libertaron o ayudaron a esta frente a los españoles.
En La Araucana, Alonso de Ercilla menciona la presencia de valerosas mujeres mapuche tales como: Guacolda y Fresia. En la historia del territorio Mapuche, especificamente en el siglo XVI, encontramos a la Lonko Janequeo (mapuche-pewenche) esposa del Lonko Hueputan. Quien estaba preparada militarmente y cualidades de líder, hicieron que se ganara el apoyo de los estrategas militares de nuestra nación y de su comunidad. Atacó la fortaleza de Puchunqui y después de varias batallas rendidas durante el año 1587, derrotó las tropas invasoras, con la participación de grupos mapuche -puelche (lado argentino).
Las mujeres quechua y aymara tuvieron un rol fundamental en la rebelión del Inca Tupac Amaru y Tupac Katari de 1781, En Perú y Bolivia. Gregoria Apaza, hermana menor de Tupak katari, Bartolina Sisa, Kurusa Llave, viuda de Tomás Katari, Micaela Bastidas, compañera de Tupac Amaru, son las heroínas andinas. Gregoria Apaza dirigió a las tropas femeninas, en varias batallas, vestida de hombre, en apoyo al ejército del joven Amaru. Era compañera de Andres Tupak Amaru hijo del Inca Tupak Amaru.
En rapa nui, Angata, sucesora del Rey rapa nui Simeón Riroroko, encabezó el levantamiento rapa nui de 1914, en contra de los abusos de la Compañía Explotadora Williamson Balfour, que había arrendado por veinte años Isla de Pascua.
[1]Sayago, Carlos María: “Historia de Copiapó” Imprenta de “El Atacama”, Copiapó, 1874.
[2]Vitale, Luis. “La Condición de la Mujer en la Colonia y la Consolidación del Patriarcado” Las Luchas de las Mujeres, p. 8. https://www.archivochile.com/Ideas_Autores/vitalel/5lvc/05lvcmujer0010.PDF
Magdalena Saxmai no fue cacica, ni lideró la lucha por el agua. Magdalena fue la madre de Juan Saxmai quien le disputó legalmente el cacicazgo a Francisco Taquia. Quien lideró la lucha por el agua fue Pablo Taquia Rojas, cacique del Valle de Copiapó.