En Caldera la Editorial Infantil Sol y Sal, desarrolló un trabajo con estudiantes de séptimo y octavo básico donde se les invitó a crear irónicas definiciones de los conceptos de colegio. El acto, el baño, la sala y muchos más momentos y lugares son revisados en un compendio de textos que cruzan lo literal para convertirse en verdadera poesía. El poeta Víctor Munita, nos habla sobre esta obra de niñas y niños de la comuna puerto.
«…Otro día/ y los niños van a la escuela/ para volver llorando/ impresionantes cadáveres/ pegados a sus ojos.»
Carta, Roberto Bolaño
UTP «Sala donde los y las estudiantes van a sacar agua y al llegar siempre sucede que no hay».
Diagnóstico Escolar es el ejemplo de lo bien que se puede trabajar la palabra con estudiantes de enseñanza básica, porque decir poesía y poetas aún es demasiado pronto para cargar con una pesada mochila como esa para muchachos y muchachas tan jóvenes, pero este poema colectivo es un gran inicio para 18 estudiantes calderinos que de seguir así, darán que hablar en el futuro ante la falta de talleres para estudiantes en la educación, en las instituciones municipales, fundaciones y principalmente por la calidad de este trabajo inicial de literatura que apunta a la formación integral de las y los alumnos.
Diagnostico Escolar, es una plaquette publicada por Editorial Infantil Sol y Sal, en donde se manifiesta el uso de los sentidos y no solo el mirar de educandos de un colegio en específico.
Patio de media: «Lugar preferido de los alumnos, donde su único anhelo es poder estar solo 15 minutos, para sentirse grandes./Campo abierto donde estudiantes no hacen nada productivo y solo ven el celular/…Lugar donde se realizan desfiles de moda».
Es uno de los buenos trabajos de literatura escolar que he leído este último años, escrito por las y los estudiantes del profesor y poeta del Puerto de Caldera Pablo Orellana Medina; del cual estoy seguro que el norteamericano Ambrose Bierce desde Chihuahua, México; lugar de muerte, daría un salto a la vida al ver reflejado algo de su estilo en estos breves textos que se anidan en forma de verso «ultra» libres, puestos hacia abajo, como un poema muy puro y directo; estilo apropiado para poder obtener el corazón del corazón de las y los niños que son sin duda, «poetas» natos e innatos, pero no solo esto, también en estos textos se devela niños y niñas que van examinando críticamente la educación chilena como sociólogos naturales que muestran que nada ha cambiado desde hace más de cuarenta años. Estos textos, de iniciados en la poesía, deberían ser leídos con atención por profesores de distintas asignaturas y sobre todo por profesores universitarios que enseñan la pedagogía, porque podrían encontrar aquí los rastros de una poderosa bibliografía poética y narrativa -literatura sin género muchas veces- que bien haría en renovar el trabajo literario con niños, jóvenes y con los estudiantes de educación; en base a lecturas no muy contemporáneas como Ambrose Bierce del siglo XIX, George Perec y Joe Brainard de la mitad del siglo XX.
Vale mencionar que el trabajo de gestión y edición que ha realizado el profesor Pablo Orellana junto a Paula Soto Flores, para que sus estudiantes puedan hacer pequeñas publicaciones, es fantástico; desde la concepción del proyecto, la consecución de los recursos y la distribución de el; solo para que la poesía y los libros no le sean ajenos a tantas y tantos estudiantes de un puerto que por historia ha sido relegado de casi todo, teniendo tanto que dar a la sociedad atacameña.
Los poemas son un modo de dar a conocer el sentir sobre la realidad de un sistema, porque esto no es un colegio en particular, es toda la educación que han vivido decenas de generaciones anteriores, donde todo parece permanecer intacto como dice el verso del poema baño de colegio: «…lugar donde se pueden arreglar los problemas», porque para quienes estudiamos en escuelas y liceos públicos los baños eran sin duda, un ring o un tribunal donde la paz se podía tranzar a espaldas de los más notables y sagaces maestros.
Cada espacio y cada lugar del establecimiento está retratado en esta plaquette de 24 páginas, en donde cada asignatura esta resignificada desde los que reciben todos esos conceptos que nacen en el ministerio, seremi y consejo de profesores, pero finalmente no de cada persona que la dirige; porque como digo antes, esto es una realidad mayor, algo nacional en verso.
Son estos estudiantes como unos pequeños George Perec retratando sociológicamente una parte de su entorno, lo que recuerdan de él luego de un año de clases on line en pandemia, como lo hiciera Joe Brainard en su libro Me acuerdo.
Es sin duda, un ejercicio de memoria también: Desfile del 21 de mayo o del 18 de septiembre «Ceremonia incómoda donde todos tienen que marchar./Humillación Pública».
A la vez es un retrato contemporáneo de lo agobiante que se vuelve la corbata escolar, que en el futuro será cualquier cosa que se haga sin interés y pasión:
Colegio: «Lugar donde asisten alumnos y alumnas siempre con sueño./Lugar donde se fuerza el aprendizaje, y, por lo tanto, el aburrimiento./Lugar desagradable al que algunos llaman ‘segundo hogar’./Lugar tranquilo y limpio (siempre que no haya cuarentena)./Establecimiento para poner reguetón a todo volumen./Cárcel infantil. Prisión de máxima seguridad./El infierno en la tierra./Calabozo donde enseñan a los niños».
También es un lugar donde se conoce a las y los amigos, los amores tempranos y los recreos se vuelven un paraíso en medio de una educación cuestionada desde todos los frentes, pero cuando la cuestionan los estudiantes parece ser que no son actores válidos, aún cuando los discursos políticos y educativos dicen que los educandos son el punto fundamental de la enseñanza y el aprendizaje.
Inspectoría: «Lugar donde se va a buscar invitaciones de cumpleaños»
Recreo: «Libertad de los demonios./Un regalo de Dios».
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