Guillermo Matta Goyenechea fue parte de todo un movimiento intelectual copiapino, quien se la jugó por desarrollar su poesía e impregnó a su trabajo un espíritu latinoamericanista que lo hizo comprometerse con causas de soberanía latina como la expulsión de los fraceses de México o los españoles de las islas Chinchas en el Perú.
Roberto Bolaño decía que un poeta lo abandonaba todo para ser uno, pero a la vez era una acción muy adolescente querer vivir la vida de poeta y se planteaba la pregunta ¿qué era vivir la vida de poeta? y en realidad solo apelaba como respuesta al estereotipo que hablan de la bohemia de los escritores que no son más que invenciones editoriales, de grupos para levantar la leyenda de un artista o algunas situaciones reales llevada al extremo; estas historias seducen muchísimo a las y los poetas jóvenes; los que posteriormente y en general, no pueden salir de ahí.
En el siglo XIX, en donde nos encontramos con una treintena de poetas atacameños, no todos eran personas que tenían una vida familiar tradicional. Algunos no se casaron jamás, dedicando su vida a la literatura y por consiguiente no tuvieron hijos, parejas, consagrando su tiempo a la política, a trabajos en la minería, las milicias y los negocios.
El copiapino Guillermo Matta Goyenechea es uno de estos, ya que volcó su vida a la literatura, especialmente a la poesía. Perdió a su madre a los 9 años y cuando tenía diecinueve abandonó los estudios de Cs. legales por los versos; luego cursó filosofía, también derecho público e internacional y economía política, pero solo hizo un paso por estas; en donde –palabra propias- “aprendió lo necesario para ser un literato” y fue uno serio, ya que su trabajo lo hizo conocido en todo Chile y América.
Tuvo relaciones culturales con grandes poetas franceses, mexicanos, italianos, estadounidenses, españoles, alemanes, peruanos y argentinos. La literatura lo hizo tener una mirada muy crítica de Chile a la cual reprochaba el exceso de fe en las situaciones políticas y además un contundente opinante de los gobiernos de 1850 a 1870.
En los procesos de intervención Francesa en México y de España en las Islas Chinchas de Perú organizó la Soc. de Unión Americana, fue activo defensor de las ideas latinoamericanistas de Francisco de Bilbao y ofreció su sangre y la gestión de un barco con milicianos locales a favor de los mexicanos y peruanos en las cuales tenía ya los contactos, pero el tiempo y la distancia hizo que no pudiera abordar este sueño.
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