En la siguiente columna el colaborador de Tierra Culta Luis Vicencio, nos cuenta sobre las variables económicas asociadas al turismo de nuestros hermanos de Argentina en Chile. ¿Cómo las nuevas políticas de Macri apuntan a retener a los turistas dentro del país, poniendo trabas a la salida de dineros en turismo? ¿Qué hacen países como Uruguay para atraer a visitantes de ese país? ¿Cuál es la experiencia de Vicuña en El Valle del Elqui con este tema?
Por Luis Vicencio. UNESCO Patrimonio y Turismo Sostenible y postulante a Magíster en Turismo de Intereses Especiales Universidad Austral.
El turista argentino en Chile no es cualquier turista, sin duda que no –alerta de generalización- Es un turista que quiere rescatar para sí todo lo que le es posible conseguir en su visita y eso incluye descuentos, facilidades y gastar poco donde le sea factible hacerlo: pedir dos platos y comer cuatro y a veces meter ocho personas donde le dijeron que podían dormir cinco. Seamos justos con que esa estrategia no es solo argentina, sino más bien latina. El turista trasandino es un turista típicamente del mes de enero, de sol y playa, que hace turismo de compras en los malls y al que no le llama demasiado la atención el turismo de intereses especiales.
¿A qué viene todo esto? Pues bien, este turista que a priori aparece como bastante complejo, representa el 51.4% del total de turistas que ingresaron nuestro país durante el año pasado, esto según registros de Sernatur y la Subsecretaría de Turismo, índice que me atrevo a decir ya marcó su peak: casi tres millones y medio de visitas el año 2017. Evidentemente, ése es un número que nos hace argentino dependientes en temas de turismo país y cómo no en los destinos de sol y playa. Los argentinos y argentinas tienen una permanencia promedio de 5,3 noches y un gasto total individual de 374 dólares y fracción, generando en el año 2017 un ingreso de divisas por 1.289 millones de dólares aproximadamente. Estos números han hecho incluso que se haya desatado una explosión inmobiliaria en algunos lugares de Chile como, por ejemplo, en La Serena.
Así, con el viento soplando desde la cordillera de Los Andes al océano Pacífico, año tras año se espera la llegada masiva de pasajeros venidos de Argentina a repletar las playas y los malls chilenos.
Sin embargo, los problemas económicos de la vecina Argentina y algunas medidas de ese gobierno que apuntan a retener el dinero que se fuga del país a través del turismo emisivo, hacen que la dirección del viento haya cambiado y que ahora sople en sentido contrario, de mar a cordillera. Gustavo Santos, ministro de turismo argentino, declaró en agosto último que dada la devaluación del peso argentino se vislumbra un aumento del turismo interno. Si a eso usted le suma que:
-Las empresas de transporte de pasajeros argentinas, tanto terrestres como aéreas, han ingresado a la carrera del bajo costo, tan popular hoy en día en Chile
-Según indica el diario el tiempo de San Juan en septiembre de este año, el Macrismo estudiaría aplicar un impuesto a las compras en el extranjero
-Se ha acortado la diferencia de precios entre los productos preferidos por los argentinos en sus compras en Chile y el valor al que los encuentran en su país, tanto tecnología como ropa deportiva
-El impuesto por embarque aéreo para salir de Argentina es alto –comparado con el chileno- y que según versiones de prensa también se estudiaba subirlo
Se monta un claro escenario que deja extendida la invitación a no salir del país de Gardel, Mafalda y Borges.
Cuando el 10 de agosto de este año el precio del dólar llegó a 40 pesos argentinos -25 por dólar promedio ya era un desastre para los que no son del gremio exportador- se terminó de timbrar la suerte del turismo receptivo local y su auge. En esos niveles, cualquier visitante que llegue con dólares a la Argentina podrá acceder a un cúmulo de paquetes turísticos a valores más que accesibles.
En Chile, en paralelo, líneas aéreas de low cost como Jetsmart y Skyairline inauguraron nuevas rutas que unen destinos entre países más allá del tradicional “Santiago – Buenos Aires”. Fíjese también como en los días festivos los noticiarios ahora anuncian no solo el estado de los peajes para salir de Santiago, sino también realzan el estado de los pasos fronterizos, pero no para recibir turistas como ya era costumbre, sino para emitirlos.
En Uruguay, acostumbrados a las vicisitudes económicas de sus vecinos de la plata, suelen modificar el IVA que se le aplica a las compras de dichos veraneantes y pueden reducirlo –lo han hecho- hasta cero si es necesario. Mar del Plata esta siempre bullante de Argentinos en Verano y no quieren que eso cambie.
En Chile, lo más cercano a medidas como ésa es la decisión de la cámara de comercio de Vicuña de crear una comisión que por estos días pretende visitar San Juan para ofrecer incentivos a los eventuales turistas y así reducir el impacto del futuro frenazo que se viene para los destinos de Sol y Playa. Pareciera que las autoridades económicas chilenas evaluarán la situación ex post.
Cambió pues la dirección del viento y hay que estar atentos.
