Historia / Cultura, Arte, Sociedad y Patrimonio de Atacama Fri, 25 Nov 2022 16:43:54 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.22 /wp-content/uploads/2018/08/cropped-28576448_759726214225770_8622814582422618625_n-32x32.jpg Historia / 32 32 Socavamientos en Tierra Amarilla, ¿está todo dicho? /_p=20023 /_p=20023#comments Mon, 08 Aug 2022 03:55:27 +0000 /_p=20023 En el siguiente artículo, el geólogo Miguel Cáceres Munizaga nos habla sobre los antecedentes de la situación que se vive en Tierra Amarilla con el socavón aparecido recientemente, donde la comunidad local recuerda los desprendimientos de 1993 y 2013 muy vívidos. Mientras mineras y autoridades llaman a la tranquilidad por los estudios realizados, existen aspectos metodológicos cuestionables. 

Por Miguel Cáceres Munizaga, geólogo y escritor

Para quienes no conocen, Tierra Amarilla está a 12 kilómetros al suroeste de Copiapó. Es una comunidad que ha convivido con la minería desde sus orígenes. Hace más de un siglo, el pirquinero recorre las serranías que la cobijan en búsqueda de la esquiva fortuna. No obstante, la ferviente actividad minera industrializada que comenzó a principios de los 90’s, regurgita a diario material en cada espacio que le es posible, los cerros en donde los esforzados mineros perseguían sus derroteros, hoy han sido reemplazados por altos montones de rocas estériles que han adelantado el caer de la penumbra, grandes rajos de kilométrico diámetro y un sinnúmero de galerías subterráneas.

La aparición de un socavón circular el último fin de semana de julio, volvió a activar las alarmas de los habitantes y reavivó el rumor que reza que por debajo de la urbe existen multiplicidad de galerías subterráneas derivadas de la actividad extractiva, las cuales revestirían un riesgo. Pero, ¿es este fenómeno algo aislado?, ¿ha ocurrido antes?, ¿puede estar tranquila la comunidad?, en el siguiente artículo se ahonda en la historia de los más relevantes desde comienzos de los 90’s y se entrega una crítica a algunos estudios realizados años atrás. 

Hundimientos anteriores

El sábado 6 de marzo de 1993 ocurrió un gran hundimiento en la mina Santos, operada por la Compañía Ojos del Salado perteneciente a la desaparecida Phelps Dodge. El socavón generó una cavidad cilíndrica de 30-32 m de diámetro y 18 m de profundidad, cuyo abrupto colapso vino acompañado de un ruidoso estruendo subterráneo que generó gran alarma y confusión entre los tierramarillanos. Un estudio de la época indicó que la causa del desmoronamiento fue debido a la actividad minera y secundariamente a factores como la condición del sustrato y la presencia de agua.

El socavón del 2013 tenía 20 metros de largo por 30 de ancho, y 30 metros de profundidad.

Décadas después, en noviembre del 2013, aparecieron varias depresiones en el extremo norte de Tierra Amarilla, una en los alrededores del nudo Uribe, otra en el patio de una casa ubicada en calle Manuel Montt y, finalmente, un boquerón de 20 m de diámetro por 30 m de ancho que surgió en el curso inferior de la quebrada Meléndez, en la zona de la mina Manto de Cobre perteneciente a PUCOBRE. Esta seguidilla de asentamientos y la preocupación de la comunidad gatilló que las principales mineras de la zona, el Gobierno Regional, autoridades municipales y actores sociales formaran la Mesa Minera de Tierra Amarilla, la cual acordó estudios topográficos de las labores cercanas y una exploración del subsuelo mediante sondajes. La campaña se inició el 12 de mayo del 2016 y consistió en 11 perforaciones que totalizaron 1.650 m y que fueron ubicados en sectores determinados por la propia comunidad: 6 en el sector norte (área aledaña a la mina Santos en la población Luis Uribe y población Los Aromos), tres en sector Cancha Carrera (aledaño al lugar del mismo nombre) y dos en el sector Algarrobo (cercano a la población homónima). En el informe, presentado en diciembre del 2016 y del cual la Universidad de Atacama actuó como garante, concluyó que no existían labores mineras subterráneas bajo Tierra Amarilla.

Finalmente, la noche del sábado del 30 de julio del 2022 se reportó un colapso aledaño a la mina Alcaparrosa, perteneciente a Lundin Mining. El forado tiene un diámetro de 32 m y una profundidad de 64 m y, aparentemente, estaría directamente relacionado con el colapso de una labor a 200 m bajo la superficie. El asentamiento ha tenido una alta cobertura noticiosa y hasta personal de apoyo del Sernageomin ha viajado desde Santiago para analizar el tema. A la fecha de cierre de estas líneas, el socavón seguía lentamente expandiéndose y zonas húmedas empezaban a aflorar entre sus paredes, al igual que la incertidumbre.

¿Son suficientes los estudios?

Ahora bien, no se sabe aún con certeza los motivos del colapso que llevó a la formación del presente socavón, aunque a opinión del autor de este artículo, se olfatea alguna falla en la evaluación geotécnica combinada con la presencia de agua subterránea, tal vez derivada de las copiosas lluvias de hace algunas semanas atrás. Se deberá esperar las conclusiones de la investigación para saber esto a ciencia cierta.

No obstante, tanto las mineras como las autoridades regionales proyectan tranquilidad basada en el estudio realizado en 2016, el que concluyó (casi) categóricamente la inexistencia de labores bajo Tierra Amarilla, pero, ¿qué tanta certeza entrega mentado reporte? Lo cierto es que solo es parcialmente concluyente en los sectores perforados, pero no  para toda la ciudad, ya que la poca cantidad de sondajes, su distribución espacialmente agrupada, la escasa profundidad de los pozos y solo considerar que las cavidades se atribuyen a factores antrópicos, disminuyen su representatividad.

Con este nuevo fenómeno, se debiese reconsiderar ejecutar un nuevo estudio que cubra toda la zona urbana. La utilización de técnicas geofísicas como el radar de penetración terrestre o tomografía de resistividad eléctrica, han sido exitosamente probadas en latitudes donde los fenómenos de asentamientos son más comunes producto de la configuración geológica del subsuelo. Se sugiere sistematizar estos estudios mediante varias secciones transversales a la ciudad de manera de determinar si existen irregularidades en profundidad y, una vez identificadas, proceder con una fase de perforación para testear las posibles oquedades bajo Tierra Amarilla. Un estudio de tales características si le dará la tranquilidad a la comunidad tierramarillana que cada día sigue siendo asfixiada por la actividad minera.

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52 años de JUNJI: La infancia como preocupación pública /_p=19417 /_p=19417#respond Sat, 14 May 2022 15:45:13 +0000 /_p=19417 Este año la Junta Nacional de Jardines infantiles cumplió 52 años. Una oportunidad para reflexionar sobre el origen y enfoque de esta institución que busca cuidar y educar a niñas y niños. En el siguiente texto del antropólogo José Molina Rojas, recopila los nombres que estuvieron en el origen de esta institución. El autor nos dice «una conjugación en donde dialoga el saber vivencial de la comunidad con el saber técnico-pedagógico».

José Molina Rojas

Orígenes de la JUNJI en Copiapó.

En el marco del 52º aniversario de la creación de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, acaecieron dos hechos con una carga simbólica significativa, para la comprensión del origen de esta institución educativa. Por una parte, el fallecimiento de Mireya Baltra Moreno, una mujer de origen popular, que desde su rol como dirigenta del sindicato de suplementeros se transformó en la Ministra del Trabajo y Previsión Social en 1972. Antes de lograr este importante cargo, fue regidora por Santiago, diputada e impulsora de la creación de la ley 17.301 que rige a la JUNJI hasta nuestros días y junto a ella, participaron del proceso las parlamentarias María Maluenda, Ana Ugalde, Inés Enríquez, Graciela Lacoste, Carmen Lazo, Wilna Saavedra, Julieta Campusano, Laura Allende y Gladys Marín. Una de las redactoras principales de este cuerpo legal fue la directora de la Oficina de la Mujer, Gabriela Merino. En segundo orden, la Municipalidad de Santiago junto a la Subsecretaria de Educación Parvularia María Isabel Díaz, inauguraron un jardín infantil que fue denominado María Victoria Peralta, en merecimiento de esta figura señera de la pedagogía del nivel y que fue Vicepresidenta Ejecutiva de la JUNJI en los primeros años del restablecimiento del orden democrático. Su denodada labor de tecnificación de la labor educativa y la construcción de una nueva organización curricular, tomando en préstamo conceptos ligados a las ciencias humanas y específicamente de la antropología sociocultural, abrió nuevas posibilidades para el aprendizaje de la temprana infancia que nacía en el cambio de siglo y que sentaron las bases del panorama técnico actual de los jardines infantiles de la JUNJI. 

Tales hechos, nos hablan de la relación que subyace al origen y el desarrollo de la JUNJI, una conjugación en donde dialoga el saber vivencial de la comunidad con el saber técnico-pedagógico, siendo el centro de interés el bienestar de las niñas y los niños, los de hoy y los de 1970. Esa interacción tuvo como fuerza articuladora el liderazgo creativo de las mujeres -pobladoras, campesinas, profesionales- que superando barreras como la falta de condiciones económicas y sociales o la ausencia de espacios para la construcción de jardines infantiles. incentivaron la creación de un servicio público que más allá de las discusiones políticas, fue capaz de hacerse cargo de “el problema del niño” en ese entonces; denominación que se asignaba para concienciar al país del estado de abandono y desprotección que los niños y niñas vivían en esa época, con un Chile cruzado por serios conflictos sociales, siendo un país que testificaba en sus calles, el deambular de niños empobrecidos, forzados a trabajar o delinquir para la supervivencia y carentes de redes de apoyo para su desarrollo personal. 

Para abril de 1970, en el Palacio de la Moneda, se dieron cita representantes del mundo académico, autoridades de gobierno, parlamentarios, dirigentes y dirigentas de uniones vecinales, centros parvularios, centros de madres y organizaciones laborales, para presenciar la firma de ley 17.301, por parte del Primer Mandatario Eduardo Frei Montalva y el Ministro de Educación Pública, Máximo Pacheco. El 22 de abril oficialmente entra en funcionamiento la JUNI a cargo de la Vicepresidenta Ejecutiva Carmen Fischer, quien encargó la compra del inmueble que alberga a parte de la Dirección Nacional en la calle Marchant Pereira de Providencia. Con la asunción de Salvador Allende, a fines de 1970, este cargo lo ocupan la Educadora Fidelia Herrera y el médico pediatra Manuel Ipinza. Bajo su conducción, la Junta Nacional enfrentó un ambicioso proceso de expansión, que buscaba sumar jardines infantiles en todo el país, ya que con la absorción de la Fundación de Guarderías y Jardines Infantiles, se logró cubrir la atención de párvulos desde las antiguas provincias de Coquimbo por el norte y Chiloé por el sur. El objetivo era titánico, porque la instalación de jardines infantiles se hizo a pulso y de la mano con la comunidad, puesto que se habilitaron sedes vecinales, centros de madres, salas en parroquias, casas de campamentos mineros y asentamientos campesinos, labor que originó el equipo de trabajo más tradicional en los establecimientos de iniciativa pública y que era conformado por educadoras y auxiliares de párvulos junto a una manipuladora de alimentos. En muchos casos, las mujeres organizadas se turnaban para apoyar el trabajo técnico de los equipos educadores, sosteniendo la preparación de alimentos, la mantención del aseo y el hermoseamiento de los espacios, pensando en el bienestar físico y emocional de las niñas y niños. Este firme propósito en donde la comunidad se hizo parte de la JUNJI permitió habilitar 400 centros parvularios en todas las provincias del país, con una matrícula de 50 mi párvulos, durante los tres años de la administración de Salvador Allende. 

Es relevante recalcar el compromiso de las agentes educativas de la época y de los centros formadores, especialmente la Universidad de Chile, que como plantel público logró abrir la carrera de Educación Parvularia, en sus colegios universitarios de Arica a Osorno; haciéndose cargo de la demanda laboral existente en la época. Es así, como las mallas curriculares incluían una formación de fuerte base biopsicosocial, incluyendo cursos de estadística, expresión literaria y artística, puericultura, nutrición, salud del párvulo y humanidades; filosofía, sociología y antropología, lo que permitía contar con profesionales capaces de leer el momento histórico de la educación inicial y desplegar su vocación y compromiso público, pese a la escasez de recursos presentes en la época. No es menor indicar que Chile enfrentaba un serio problema de malnutrición por déficit y que se empinaba como una de las principales causas de muerte en edad infantil. En una reciente entrevista dada por el Dr. Fernando Mönckeberg, “el hombre detrás de la leche purita” y que abogó por la entrega de la ración de medio litro de leche por niño, a través de la JUNAEB y los consultorios del ex Servicio Nacional de Salud, sentenció: “La mortalidad infantil (de 0-1 año de vida) se estimaba en aquellos años que alcanzaba 180 por 1.000 nacidos vivos. Y si uno miraba las edades sucesivas a los 1, 2, 3, 4, 5, 6, continuaban falleciendo, no era solamente el primer año. De modo que a los 15 años de edad, ya se habían producido más del 70% de las muertes en el país (…) Al mismo tiempo, estaba muy retrasado el proceso de crecimiento y desarrollo de la población”. Esta política pública iniciada en 1971 y que se mantiene hasta nuestros días como el Programa Nacional de Alimentación Complementaria, venció el calamitoso escenario de malnutrición de la infancia y permitió mejorar la calidad de vida de las niñas y niños chilenos. 

En 1972, hace ya 50 años y en las faldas del legendario Cerro de la Cruz, en Copiapó se fundó el primer jardín infantil dependiente de la repartición y que se denominó Piolín, aludiendo a la caricatura de Warner Bros creada por el dibujante Bob Clampett en 1942. Al igual que en todas las ciudades del país, este establecimiento nace en una población representativa de la clase trabajadora, el sector Cartavio que junto a las poblaciones Barrionuevo, Borgoño, Pedro León Gallo y Rosario, demarcaron la frontera suburbana de Copiapó durante la segunda mitad del siglo XX. En ese entonces, el tren local y sus vías dibujaban el límite social de la ciudad; las poblaciones que quedaban sobre la línea férrea fueron tomas de terrenos espontáneas, en donde los pobladores se organizaron para construir sus viviendas e incluso, repartir las manzanas y sitios que ocuparían. La fuerza de trabajo en esa época dentro de la ciudad, provenía en gran parte de la industria metal-minera que crecía gradualmente, por lo que las familias de los trabajadores empezaron a habitar estos espacios, creando una profunda identidad con el barrio, de relaciones sociales ampliadas, estando siempre presente la figura del pirquinero; actividad económica muy importante para la época. En 2020, la educadora de párvulos María Cristina Becerra, quien asumió la dirección del jardín infantil Piolín en 1973 nos relataba: “Tuve que utilizar los contenidos que adquirí en la universidad y con la ayuda de mi familia, particularmente de mi madre, aprendí a racionar los alimentos y generar minutas diarias. Recibíamos la entrega de alimentos por parte de una organización estadounidense que subsidiaba el programa alimentario. En esta tarea, conté con el apoyo del equipo del jardín y de las familias, quienes estaban muy conscientes de nuestra labor educacional beneficiosa para las niñas y niños”. 

Actividad JUNJI años 90 en La Candelaria.

Entre 1972 a 1975, la región estaba a cargo de la delegada regional Ana María Latorre, con asiento en Coquimbo. En noviembre de 1975, se crea la Delegación Regional Atacama a cargo de la educadora de párvulos Lucía Henríquez Alcayaga, quien dirigió la JUNJI Atacama hasta 1990. Paralelamente, la institución seguía avanzando en el progresivo aumento de cobertura. En la Provincia del Huasco comenzó a funcionar en forma casi paralela los establecimientos “Pelusita” y “Naranjito”. El primero resultó del acondicionamiento de la sede vecinal de la población Hermanos Carrera. Inicialmente, en un terreno ubicado al interior del antiguo Hospítal de Vallenar por calle Marañón, comenzó a atender el jardín Naranjito. Frente a las costas de oro y metal, en la costanera comenzó a funcionar el jardín infantil Caracolito del puerto de Chañaral. Para la década 1980, se sumarían los establecimientos educativos Amanecer, Rabito y Campanitas. En 1985, se abre un centro parvulario en Alto del Carmen. En 1990, al asumir la Vicepresidencia Ejecutiva la Dra. María Victoria Peralta, la JUNJI retoma su rol educativo con mayor anuencia y se propone aumentar exponencialmente la cobertura de atención. Para ello, la Dra. Peralta lideró un amplio proceso de diversificación de la oferta programática, creando nuevas modalidades de atención que llegaran a todo el territorio nacional. Fruto de este proceso, fue el surgimiento de los programas alternativos, que funcionaban con técnicas en educación parvularia. En muchos casos, las personas a cargo no contaban con estudios formales, lo que se remontó a los orígenes de la educación parvularia pública, en donde la práctica pedagógica in situ fue la fuente de formación por antonomasia. De esta forma en la región de Atacama y bajo la conducción de la educadora Guida Rojas Norambuena, se abrieron jardines alternativos laborales y familiares en recónditas localidades escondidas en el desierto, entre quebradas que cubren el valle y en las caletas amantes del mar. Es así como como la JUNJI arribó en Juntas de Valeriano, Marquesas, El Corral, Chañar Blanco, Cachiyuyo, Carrizalillo, El Salvador, Los Loros, Paipote, Caldera, Carrizal Bajo, Freirina, El Salado, Copiapó y Huasco Bajo; programas educativos que se mantienen hasta nuestros días, bajo la misma modalidad o han cambiado a otra, sin perder la esencia que los vio iniciar su atención educativa.

Con la fundación de la JUNJI, la educación inicial tomó forma de Estado y éste, apostó por invertir en la infancia, en reconocer que es preocupación pública la educación y cuidado de las niñas y niños y que éstos deben ocupar un espacio que garantice su protección y su desarrollo humano, el que se posibilita en la equidad de oportunidades para el aprendizaje. En estos 52 años de vida, la JUNJI ha protagonizado un capítulo relevante en la historia de la educación en Chile y ha sabido adaptarse a los distintos momentos de la historia contemporánea, siendo la prueba más exigente, la adaptación del servicio educativo en el momento más álgido de la pandemia. Como en su génesis, las profesionales que trabajan diariamente con las niñas y niños, implementaron las estrategias para mantener la relación con las familias que depositan su confianza en el servicio desde 1970, componente que le permite a la JUNJI seguir abocada en la seria y múltiple tarea de educar a la primera infancia, como una preocupación pública para el conjunto de la sociedad; preocupación que como tal le dio vida a la JUNJI y permitió iniciar un largo camino de institucionalización de Estado para la infancia, dotándola de derechos que entre todas y todos debemos resguardar. 

José Molina Rojas 

Antropólogo Social. 

Copiapó, abril de 2022. 

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Este jueves se re-lanza: «Copiapó Bilingüe». Una jornada especial de historia regional. /_p=19329 /_p=19329#respond Wed, 27 Apr 2022 17:55:05 +0000 /_p=19329 Este jueves 28 de Abril en las instalaciones del «Club Copiapó», Chacabuco #780, en compañía de nuestros amigos: Juanita Lucero, Miguel Cáceres, Karen Pesenti y Víctor Munita Fritis, la presentación del libro ya mencionado a las 19:00 hrs. ¡Los esperamos!

Copiapó Bilingüe es un compilado de 20 textos tomados del libro «Historia de Copiapó», publicado en 1874, cuya autoría es del escritor Carlos María Sayago. La realización de la compilación fue un trabajo del escritor e historiador Copiapino, Víctor Munita Fritis. Traducido por Karen Pesenti y con apoyo del profesor Sergio Millán. Además cuenta con comentarios a pie de página del geólogo e historiador Miguel Cáceres, los que esclarecen y actualizan los datos entregados por el autor original.

La actividad se realizará en el «Club Copiapó», presidido por el Sr. Iván Contreras Ahumada y es apoyada por el gerente de la Corporación Deportiva y Cultural Municipal de Copiapó, el Sr. Rubén Pizarro.

El director de Revista TIERRA CULTA, David Ortíz, comentó: «para nosotros como revista, librería y editorial; nos llena de satisfacción poder generar lazos con otras instituciones y más en base a trabajos culturales que muestran renovación en la manera de acercarnos a la historia de la región, a su literatura».

La actividad se llevará a cabo el jueves 28 de Abril a las 19:00 hrs.

El compilador, en tanto a la la actividad, refiere: «esta actividad es de gran relevancia para quienes colaboramos en esta publicación, puesto que refuerza en gran medida los materiales históricos que ya existían, acercándolos a los públicos extranjeros que nos visitan desde otras latitudes».

 

 

 

 

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[Podcast] La Constituyente, el himno que estuvo perdido por 150 años /_p=19024 /_p=19024#respond Tue, 15 Feb 2022 05:22:32 +0000 /_p=19024 En esta cápsula para Sonidos del Desierto conocemos la historia de «La Constituyente» el himno que tardó 150 años en volver a sonar en la Plaza de Armas de Copiapó. Conoce el trabajo del periodista David Ortiz Zepeda para el podcast «Sonidos del Desierto», conducido por Daniel Campos Rodríguez y Tania Muñoz Tapia. Escucha nuestros podcast en Spotify, YouTube, Ivoox y ahora también nuestras cápsulas en Instagram y Facebook. 

❗Fé de Erratas: El autor de la letra es Ramón Arancibia.

 

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[Cápsula Sonidos del Desierto] ¿Joe Strummer en el Desierto de Atacama? /_p=18922 /_p=18922#respond Mon, 31 Jan 2022 20:49:58 +0000 /_p=18922
¿Joe Strummer en el Desierto de Atacama? Escuchamos la cápsula que nos cuenta la historia de la película donde trabajó el vocalista de la banda The Clash y que se rodó en el norte de Chile, cómo terminó una foto del líder punk datada en Copiapó para el año 1996, te lo compartimos en este trabajo del periodista David Ortiz Zepeda. Escucha el programa conducido por Daniel Campos y Tania Muñoz en Spotify, Ivoox y Youtube. 🎥



Producción Periodística: Daniel Campos Rodríguez – David Ortiz Zepeda.
Conducción: Daniel Campos Rodríguez – Tania Muñoz
Administración: Carlota Contreras – Paola Bordoli
Edición: Víctor Munita Fritis – David Ortiz Zepeda
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🎶 [CÁPSULA SONIDOS DEL DESIERTO] Manu Chao y su presentación en Caldera /_p=18835 /_p=18835#respond Mon, 24 Jan 2022 09:00:26 +0000 /_p=18835 El año 2013 el artista francés Manu Chao visitó Caldera en una jornada inolvidable de música que se tomó el puerto. Aquí te contamos la historia de cómo se dio esa extraordinaria visita que aún es recordada como uno de los eventos musicales más significativos ocurridos en esa ciudad del norte de Chile. Esta cápsula fue producida por el periodista David Ortiz Zepeda para el podcast Sonidos del Desierto. Escucha el programa completo en www.revistatierraculta.cl Spotify Ivoox y Youtube. 

Encuentra el video de la presentación de Manu Chao en este ⇒ link de Tierra Culta ⇐

Producción Periodística: Daniel Campos Rodríguez – David Ortiz Zepeda

Conducción: Daniel Campos Rodríguez – Tania Muñoz

Administración: Carlota Contreras – Paola Bordoli Tiska

Edición: Víctor Munita Fritis – David Ortiz Zepeda

 

 

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[CÁPSULA SONIDOS DEL DESIERTO] Chañarcillo, Víctor Jara en Copiapó. ¡Dale play! /_p=18790 /_p=18790#respond Mon, 17 Jan 2022 06:38:48 +0000 /_p=18790 En esta cápsula escuchamos parte de un sencillo de Los Curacas que canta a Chañarcillo. Tema compuesto originalmente por Víctor Jara y que nos hace evocar el trabajo en este mineral histórico de Atacama. Esta cápsula fue producida para el podcast Sonidos del Desierto de Tierra Culta por el periodista David Ortiz Zepeda. Escucha el programa conducido por Daniel Campos y Tania Muñoz en Spotify, Ivoox y Youtube.

Producción Periodística: Daniel Campos Rodríguez – David Ortiz Zepeda

Conducción: Daniel Campos Rodríguez – Tania Muñoz

Administración: Carlota Contreras – Paola Bordoli Tiska

Edición: Víctor Munita Fritis – David Ortiz Zepeda

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El misterioso legado ritual de los incas en Atacama /_p=17740 /_p=17740#comments Mon, 13 Sep 2021 01:47:39 +0000 /_p=17740 En el mundo del turismo y la prensa se conoce a las cumbres más altas de Atacama como la Ruta de los Seismiles, 15 cumbres cuyas cimas sobrepasan los seismil metros de altura sobre el nivel del mar, pero un aspecto poco conocido es el carácter ancestral de este sector. Múltiples hallazgos confirman la presencia de adoratorios de altura incaicos, pero ¿qué secretos guardan estos rincones alejados y extremos de Atacama?  

Por David Ortiz Zepeda / En la foto se aprecia de fondo el Volcán Copiapó. 

Las culturas andinas rendían culto al paisaje. Las deidades, que se manifestaban a partir de los fenómenos de la naturaleza, eran vitales para la cosmovisión andina. De ahí que las cumbres más altas se convirtieran en lugares sagrados donde sacerdotes del incanato peregrinaron para construir adoratorios de altura. Los incas dejaron vestigios en toda la cordillera que formó parte de los dominios anexados al Tawantinsuyu. Las huacas (sitios sagrados) estaban asociados a la altura, y en ese sentido Atacama cobijó muchos lugares sacros, ya que concentra una gran cantidad de montañas altas, coronadas por el Volcán Ojos del Salado y el Nevado Tres Cruces en el actual territorio de la Puna de Atacama. En estos sectores se han encontrado diversos vestigios de presencia inca.

Miniatura de manta «Unku», elemento sagrado de los incas que se encontró en una miniatura del adoratorio de altura del Volcán Copiapó. Fuente: Museo Precolombino. https://bit.ly/3tgyDVA

La anexión de los territorios del incanato, también involucraban una ampliación de la religiosidad expresada en piezas y espacios de adoración. Restos que también se han encontrado en el Volcán Copiapó y el Jotabeche están dentro de las cumbres que han sido investigadas, así también El Potro en Tierra Amarilla y Doña Inés en Diego de Almagro. Sus revelaciones dan cuenta de un lugar sagrado, pero son solo cuatro puntos. En total son 10 adoratorios de altura que existen en las cumbres atacameñas, están sin investigar como corresponde. Jotabeche, Doña Inés, Copiapó y El Potro son de los pocos caracterizados por expertos.

El investigador Carlos González es arqueólogo, está radicado en El Salvador y realiza sus investigaciones en la zona. Él nos explica qué criterios tenían los incas para elegir sus lugares ceremoniales «Yo creo que era principalmente por la visibilidad, la relación con el sol, unos aspectos astronómicos y la visibilidad desde la altura. De ahí venía la elección de ese cerro. Esta tradición es preinca. Lo que hemos encontrado hasta ahora, que son 11 cumbres con presencia de adoratorios de altura sólo en la región de Atacama».

Capacocha, el ritual sagrado 

Entre los puntos más conocidos están el Volcán Copiapó y el Volcán Jotabeche, ambos visibles desde el Salar de Maricunga. Según destaca el investigador Ricardo Moyano, allí se excavaron dos plataformas descritas en 1930 por una expedición polaca que llegó a la zona ese año. En el lugar en una expedición más contemporánea por parte del experto Reinhard, se constataron elementos sagrados como estatuillas y ofrendas. Según Reinhard, esto podría ser indicio de una capacocha, el ritual más importante de la cultura inca.

Por ahora los registros de Capacochas están en lo que era el Kollasuyu y el Cuntisuyu, al sur y al oeste de Cuzco.

¿Por qué elegían algunas montañas? «Seguramente elegían los cerros por ver algún solsticio, algún equinoccio y múltiples factores como vínculos con el camino del inca, alguna población cercana o la forma misma de la montaña», nos dice Carlos González.

Las cumbres de Atacama superan los 6000 metros de altura en muchos casos.

Según rescata en una publicación, el investigador Ricardo Moyano nos cuenta de la investigación de Reinhart. Nos dice: «La arquitectura ceremonial segregada ubicada en una de las precumbres a 5530 m.snm, indica que este lugar podría haber sido un centro de peregrinaje menor, de acuerdo a la clasificación de Ceruti (1999). Estas ascensiones tendrían que haber sido realizadas en los meses de verano cuando la alta cordillera presenta menos nieve y temperaturas más benignas, cercanas a la fecha del solsticio de diciembre, como sugiere Reinhard para las huacas del volcán Copiapó y nevado Jotabeche (1991), donde existen vestigios de una capacocha».

Sin embargo, el arqueólogo Carlos González nos dice «No me atreverìa a decir que es una capacocha. Pueden ser vestigios, o indicios de una capacocha, debería ser que hubieran restos humanos, restos de textiles, pero ahí sólo están los restos de estatuillas. Lo seguro es que es un adoratorio, pero no está la evidencia de una Capacocha, con una persona».

«La Capacocha viene del puquino, es posiblemente un término quechua donde Qapac significa real, principal o importante, y qucha como deuda o pecado, es como una ceremonia de ofrenda que tiene que hacerse para restablecer el orden cósmico y social cuando habían hambrunas, pestes, conflictos, con la enfermedad del inca o cuando había sequía. Y por eso se hacía la ceremonia principalmente a Inti».

La Capacocha se hacía sacrificando niños o adolescentes «puros» sin defectos físicos, enfermedades o

Niño del Cerro El Plomo. Museo Nacional de Historia Natural.

condiciones que fueran consideradas imperfectas por los quechua. Estas personas jóvenes del imperio Inca se llevaban al Cuzco, donde eran tratados como verdaderas personalidades sagradas. Se les preparaba en términos rituales y luego se iban en peregrinación hacia huacas en distintos puntos del Tawantinsuyo. En  el camino eran recibidos con ofrendas por los pobladores de los distintos territorios.

Generalmente se hacía en grandes cumbres, pero esto no era siempre así. «Por ejemplo en Iquique se encontró una Capacocha en el Cerro Esmeralda. Estaban dinamitando y de repente aparecieron unos cuerpos, en un lugar que solo tiene 900 metros de altura».

Desde el extremo norte de Chile se ubican los adoratorios de altura, hasta el Cerro El Plomo de la Región Metropolitana, que es donde se encuentra la primera Capacocha en 1954. Desde ese entonces se han encontrado en las precumbres de las montañas más altas adoratorios de altura  de forma principalmente rectangular donde se hacían distintas ofrendas, encontrándose estatuas zoomorfas de camélidos. También se han encontrado estatuillas de personas (masculinas y femeninas) de oro, plata y de la concha de un molusco.

«¿Cuál es la relación importante para los incas de la concha de los moluscos?, que para los incas y para todo el mundo andino representan el agua, son testimonio de fertilidad y para ellos son testimonio de fertilidad. Ellos consideraban que los cerros, las montañas era donde nacían las aguas. Entonces por eso eran importantes para los incas, se han encontrado estos adoratorios de altura pero no todos tienen capacochas, a veces tienen restos de vasija, estatuillas, restos de elementos sagrados. Quizás tienen, pero sólo se han encontrado, por ahora,  en dos cerros El Plomo y Esmeralda».

Guacolda ¿lugar sagrado? 

Al llegar al Huasco por la costa uno se encuentra un humedal hermoso que destaca por su verdor y la gran cantidad de especies de aves que sobrevuelan la desembocadura del Río del mismo nombre. Al llegar al puerto ya divisamos tras la ciudad las fumarolas de la Termoeléctrica Guacolda y el puerto de la CAP, que exporta hierro y que mantiene la práctica de arrojar restos mineros al agua. Este sitio, visible perfectamente desde el parque «Trivilandia», emerge de la costa en una península.

Ahora es una península, pero antes fue una isla y era sagrada. La Isla Guacolda durante la construcción de la termoeléctrica fue testigo del hallazgo de un cuerpo humano rodeado de estatuas de oro y ofrendas destinadas a la Mamacocha (La entidad sagrada de las aguas) en 1994.  Son indicios, pero falta aún para comprobar. «En su momento pensaron que era un cementerio, pero lo más probable es que haya sido una Capacocha. Yo me atrevería a asegurar que era un adoratorio», nos explica González.

Lo que se comenta en Huasco y que consta en una publicación realizada también por Jorge Zambra, es que en medio de la construcción el saqueo fue total y hubo más de un cuerpo enterrado en la que era hasta ese entonces una isla.

Uno de los obreros de la faena hizo entrega de dos piezas rituales a Jorge, las cuales siguen resguardadas en el Museo Provincial del Huasco y a las que tuvimos acceso. Estas dos piezas, son las únicas que siguen siendo del patrimonio común de la región. El resto fue saqueada.

En la actualidad se desarrolla una investigación para caracterizar el adoratorio incaico de Guacolda. De este proceso participan la bioarqueologa Marcela Urizar, la conservadora Carmen Castells y también el arqueólogo Carlos González.  El trabajo que se desarrolla está en una etapa preliminar con Instituto de Investigación en Ciencia Sociales y Educación de la UDA

También en el Cerro el Toro, al interior del Huasco, en la cordillera de Alto del Carmen se encontró un cuerpo y una adoratorio de altura. El cuerpo hallado es de un adulto, y no corresponde a un sacrifico como alguna vez se pensó. Lo más probable es que se haya tratado de un chasqui, el cual fue hallado por un grupo de montañistas el año 1964.

Exploradores de las montañas y el tiempo

«Yo destacaría el trabajo de Cristian Peña, quien ha desarrollado un trabajo sistemático de investigación en los cerros sagrados de la zona, así como el de los hermanos Rojas de Diego de Almagro», nos dice Carlos González destacando a estos montañistas modernos que han contribuido al registro y exploración de las cumbres sagradas de los incas en Atacama.

Hoy subir la montaña es dificultuoso, a pesar de la tecnología disponible. Pero pensar en personas que con tecnologías rudimentarias, basándose sólo en el conocimiento compartido y sus creencias, es alucinante de imaginar. Álvaro Rojas, de Turismo Atacamensis y coautor, junto a su hermano Gabriel de libro Chasqui que retrata los adoratorios de altura de la zona, nos dice «Algo que mueve a muchas personas en este tiempo, pasa porque 500 años después de que esas montañas fueron ascendidas sigue siendo compleja escalarlas».

Pese a los resguardos y planificación, estar en un lugar tan extremo conduce por caminos cósmicos. «El camino es la meta y lo más interesante en subir un adoratorio de altura no está en la cumbre necesariamente, que ya es majestuoso, sino el llegar y encontrar una construcción. Uno va conversando con el cerro, pidiendo permiso, agradeciendo el poder estar recorriendo esos caminos y estando con otra mente, las cosas han cambiado muchísimo desde entonces», nos cuenta Rojas.

Construcción incaica registrada por los hermanos Rojas. Chasqui.

«No solo en las cumbres está lo más importante, sino también abajo donde podemos imaginarnos el inicio del ascenso, lo ceremonia que tiene que haber sido ese momento. Donde estaban el responsable de la ceremonia, o en el caso de las capacocha, los niños a sacrificar», nos dice Rojas.

Además, el montañista nos cuenta que tuvo la oportunidad de conversar con el expedicionario Reinhart, y éste le comentó que nunca se ha encontrado el tambo que se debió utilizar como refugio para los ascensos.

«Las montañas no las empiezas a subir de una. Siempre necesitas un campamento base, en este caso un campamento base que sirva para guarecer a quienes van a ascender. Ese tambo en la zona del Jotabeche y el Copiapó, siguen perdidos. En el Volcán Licancabur, en San Pedro de Atacama, existe un tambo se encontró y es súper conocido, pero en el Copiapó no se conoce», nos explica el guía de turismo dieguino.

Durante el trabajo de registro para el libro, los hermanos rojas recorrieron distintos puntos de la Puna de Atacama, entre ellos un pequeño cerro, «hay un cerro que se lama tronquitos que no es tan alto como el Copiapó, pero en esa cumbre encontramos vestigios que son comunes en los adoratorios como son leñas y pircas. Para nosotros eso fue lo más importante, además del registro en sí».

Para Rojas además, existen vestigios que se perdieron para siempre: «Puede que haya habido una capacocha, pero lo normal es que hayan sido saqueadas. Porque aunque uno piense que las montañas no va mucha gente, desde tiempos antiguos han sido visitadas por mineros, arrieros o buscadores de tesoros, que probablemente hayan huaqueado muchos sitios. En el Volcán Doña Inés por ejemplo, puede que haya habido algo y que nunca lo sepamos. Entonces, tampoco uno podría negarse a pensarlo, pero solo pueden ser indicios para entender si un cerro era importante. Hay rumores, de que podría haber algo».

Por ahora sólo nos queda imaginar cuántos misterios arqueológicos se encuentran repartidos por la región, en este caso hablamos de los incas, pero son múltiples culturas las que han habitado el territorio con sus distintas cosmovisiones de lo sagrado.

Por ahora te invitamos a reflexionar sobre esos lugar considerados sagrados por otras culturas y que ahora pueden estar esperando transformarse en otra cosa. Como sucedió con la Isla Guacolda.

Parte del volcán Siete Hermanas visto desde el Salar de Maricunga.

 

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Casa de la Memoria de Copiapó presentará muestra fotográfica sobre la dictadura militar y el estallido social en Atacama /_p=17132 /_p=17132#comments Mon, 15 Mar 2021 16:47:49 +0000 /_p=17132 Este sábado 20 de marzo a las 20:00 horas la Casa de la Memoria de Copiapó exhibirá de manera virtual una muestra fotográfica sobre el estallido social y la dictadura militar desde la perspectiva de los habitantes de la Región de Atacama. El proyecto presentará material inédito de la escena artística de los años 70 y 80 además del trabajo de fotógrafos reconocidos nacionalmente e internacionalmente.

El repositorio digital se elaboró a través del aporte de fotógrafos profesionales y de ciudadanos/as que quisieron ayudar a fortalecer la memoria histórica de la región. También se contó con un trabajo de recuperación de negativos que permitirá que decenas de fotografías vuelvan a ver la luz.

El presidente de la Agrupación de Familiares y Amigos de Ejecutados y Detenidos Desaparecidos de la Región de Atacama, Mario Silva, señaló que tanto la dictadura militar como el estallido social se tratan de hitos históricos que le ha tocado vivir a su generación, por lo que realizó un llamado a la población “a recorrer a través de la fotografía cada uno de estos dos períodos tan relevantes dentro de nuestra historia”.

Entre las actividades retratadas en las imágenes se encuentran las acciones del colectivo Chile Crea, que buscó fomentar el arte regional en medio del apagón cultural de los años 70; las acciones de UDEMA, que reunieron a las mujeres atacameñas opositoras a la dictadura militar; el descubrimiento de fosas comunes en el Cementerio de Copiapó, y las masivas protestas que tuvieron lugar en todas las ciudades de Atacama en el marco del estallido social.

El evento contará con la participación de representantes de la Casa de la Memoria, miembros de la Agrupación de Familiares y Amigos de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos y gran parte de los fotógrafos que aportaron con su trabajo a la elaboración del repositorio. La galería estará disponible para el público en el sitio web www.memoriaatacama.cl. Esta actividad es parte del programa “Cultura. Memoria y Derechos Humanos” del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. 

 

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La relación del vallenarino Carocca Laflor y el monumento a Baquedano /_p=17077 /_p=17077#comments Sun, 14 Mar 2021 04:08:49 +0000 /_p=17077 En esta semana donde se retiró la icónica estatua del General Baquedano en la capital, te contamos de la desconocida presencia del artista vallenarino José Carocca Laflor en este monumento. Hoy no está la estatua hecha por Virginio Arias, pero se mantienen las placas elaboradas por Carocca Laflor y que en su momento fueron inauguradas nada más y nada menos que por el General Carlos Ibáñez del Campo. 

Por David Ortiz Zepeda

Desde el Estallido Social la Plaza Baquedano, Plaza de la Dignidad o Plaza Italia, se convirtió en el punto que concentró las manifestaciones más masivas de la capital nacional, incluso una de ellas reunió a casi un millón de personas pidiendo cambiar el modelo económico y político del país. Lugar donde se ha mutilado a personas, donde la represión ha aumentado y en que se han vivido muchas manifestaciones de resignificación de los símbolos institucionales. En medio de todo estaba la Estatua del General Baquedano, que da nombre a la pequeña explanada.

Este general fue uno de los líderes militares que peleó en la Guerra del Pacífico quitando los territorios costeros de Bolivia y anexando Arica e Iquique. Antes de ello estuvo asignado a la «frontera» como se conocía a la franja de territorio donde el ejército chileno combatía a las comunidades mapuche que aún controlaban el Wallmapu. Durante 1859 fue ascendido a sargento mayor efectivo, siendo parte del ejército chileno que confrontó a las tropas atacameñas en la Revolución Constituyente. Luego volvió a participar combatiendo a las huestes de mapuche que resistían al ejército chileno en el sur, específicamente combatió contra Quilapán en 1868, siendo parte del arrebato que hizo el Estado chileno a las tierras indígenas. 

El monumento de Baquedano

Es a  Baquedano a quien se homenajeó en 1928 a través de un monumento que constó de una estatua hecha por el artista Virginio Arias, que además fue acompañada por el trabajo de un escultor atacameño, oriundo de la ciudad de Vallenar: José Carocca Laflor; quien elaboró las placas sobre el pedestal en que se encuentra, o mejor dicho, se encontraba la estatua del uniformado.

Estas placas consisten en relieves que recrean las batallas de Baquedano y que el hábil artista del Valle del Huasco representó en el metal. Además, en el monumento hay un cadáver perteneciente a un soldado que combatió bajo su mando y que representa al soldado desconocido.

Todo este complejo fue inaugurado nada más y nada menos que por el General Carlos Ibáñez del Campo, el mismo que fundó la institución de Carabineros un año antes en 1927, basado en la policía militarizada italiana: los Carabinieri. Conocido es la profunda admiración de Ibañez por la cultura italiana gracias a Benito Mussolini, líder del fascismo y que inspiró también al dictador chileno.

En el libro “José Carocca Laflor, El Hijo Desconocido” (2010) publicado con apoyo de la minera Barrick y el Municipio de Vallenar, el escritor José Zarricueta Astorga dice sobre este monumento: “se han convertido en el imán de chusmas frenéticas por celebrar pasajeros triunfos deportivos o politiqueros, convirtiendo este lugar de honor en blanco de atentados, vandalismo y otras muestras de la vulgaridad…”[SIC], una apreciación sin ánimo de objetividad que adquiere una inusitada fuerza por estos días.

Carocca Laflor

El artista vallenarino nació en 1896 en la capital del Valle del Huasco, desde donde se trasladó a Copiapó para cursar estudios de humanidades y en 1917 se desplaza a Santiago para estudiar Bellas Artes, donde fue alumno de Virginio Arias. Desde ese entones realizó una prolífica carrera que cuenta con obras como la Estatua de la Vendimia en Vallenar o los Leones de Providencia.

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Foto original tomada de www.memoriachilena.cl y corresponde a la Plaza Baquedano en 1939.

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